viernes, 1 de abril de 2011

Tema 8


En el hombre, el sentido del olfato está menos desarrollado que en muchos animales, quizás porque al contrario que éstos, no depende de él para buscar alimento, hallar pareja o protegerse del enemigo.
El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los olores este se lleva a cabo por los quimiorrecepetores en los que actúan como estimulante las partículas aromáticas desprendidas de los cuerpos volátiles, que ingresan por el epitelio olfativo ubicado en la nariz, y son procesadas por el sistema olfativo.
La nariz humana distingue entre más de 10.000 aromas diferentes. El olfato es el sentido más fuerte al nacer.
Los receptores químicos del olfato son: la glándula pituitaria roja (que se ubica en la parte inferior de la fosa nasal y está recubierto por numerosos vasos sanguíneos que calientan el aire), la glándula pituitaria amarilla ( que esta se ubica en la parte superior de las fosas nasales y presenta tres capas).
Los vapores emitidos por las sustancias olorosas penetran por la parte superior de las cavidades o fosas nasales y, después de disolverse en la humedad de la pituitaria amarilla, actúan químicamente sobre los receptores olfativos. Los impulsos nerviosos que resultan de la activación de los receptores son trasmitidos al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza cerebral para la formación de la sensación.
Mediante el acto de olfatear, la dirección de la corriente de aire es dirigida hacia la región olfatoria superior de la cavidad, facilitando la llegada de un mayor número de partículas olorosas hasta los receptores olfativos.
El olfato contribuye a la iniciación de los procesos de la digestión. Así, cuando los distintos olores alcanzan el centro olfatorio del cerebro, éste envía al estómago los estímulos adecuados para que comience la producción de jugos digestivos; en este proceso interviene también la visión, de tal forma que ante la presencia de la comida empieza a producirse saliva en la boca, lo que facilita la digestión de los carbohidratos.
De todos los órganos de los sentidos, el olfato se distingue por la rapidez con que se adapta al estímulo. Ello se debe a que, cuando las células olfatorias se “han acostumbrado” a un determinado olor, cesan de transmitirlo al cerebro. Esta facilidad para dejar de percibir un olor no constituye, sin embargo, una limitación muy seria para la vida del hombre, puesto que sus adaptaciones no dependen tanto del olfato.
Una persona distingue entre dos mil y cuatro mil olores distintos.
Las sensaciones olfatorias suelen confundirse con las del gusto, ya que ambas son producidas por el mismo estímulo químico. En verdad, varios alimentos son apreciados más por el olor que por el sabor.
Se cree que existen 7 tipos de células olfatorias, cada una de las cuales sólo es capaz de detectar un tipo de moléculas, éstas son: (alcanforado, almizclado, floral, mentolado, etéreo, picante, pútrido)
Las células olfativas o células nerviosas del olfato, son estimuladas por los olores que están a nuestro alrededor. Estas células nerviosas se encuentran en la parte superior del interior de la nariz y se conectan directamente al cerebro. Nuestro sentido del olfato es también influido por algo llamado el sentido químico común. Este sentido incluye las terminaciones nerviosas en nuestros ojos, nariz, boca y garganta, especialmente en las superficies húmedas.
La nariz está formada por:
el meato externo - proyección de forma triangular que se encuentra en el centro de la cara.
las fosas nasales externas - dos cámaras divididas por el tabique nasal.
el tabique nasal - formado principalmente por cartílago y hueso y recubierto por una membrana mucosa. El cartílago también le da forma y rigidez a la parte externa de la nariz.
las fosas nasales - conductos recubiertos por una membrana mucosa y micro vellosidades (cilios) que ayudan a filtrar el aire.
los senos paranasales - cuatro pares de cavidades llenas de aire, también recubiertas por una membrana mucosa.
Enfermedades del olfato
Hiposmia es la reducción de la capacidad de detectar olores.
Anosmia es la pérdida del olfato. Uno de los primeros síntomas en su detección es que las personas que la padecen no sienten el sabor de sus comidas y encuentran toda sustancia insípida (sin sabor), por la conexión que posee el sentido del gusto con el olfato. Suele ocurrir por trastornos químicos y, generalmente, por traumatismos craneales.
Sinusitis ocurre cuando la mucosa de los senos paranasales se inflama.
Algunos de sus síntomas son fuertes dolores de cabeza y fluido constante de secreciones purulentas. Usualmente se manifiesta cuando despreocupamos un resfrío.
Rinitis afecta a la mucosa nasal y dependiendo de la época, puede ser un síntoma de alergias (si ocurre en primavera, puede revelar alergias al polen o al polvo). Ocasiona estornudos, obstrucción, secreciones nasales y, a veces, falta de olfato.
Pólipos son tumores benignos que aparecen en las membranas de las mucosas irritadas, generalmente por resfríos frecuentes. Cuando estos obstruyen la fosa nasal o producen dolor, deben ser extraídos mediante una intervención quirúrgica.
Podemos observar a grandes rasgos tres grupos de daños al olfato: daños químicos, cambios del tejido y los físicos. Los daños químicos se deben a factores exógenos en este caso a productos químicos que pueden producir efectos temporales o permanentes, tal es el caso de respirar vapores corrosivos. Los cambios del tejido se pueden deber a enfermedades, atrofia, etc, es decir, factores endógenos. Los factores físicos incluyen el daño mecánico, (operaciones) y alteraciones en el cerebro por golpes. Los factores que desencadenan una enfermedad en el olfato son principalmente infecciones en los senos paranasales, trastornos hormonales y problemas dentales, además de la exposición a agentes químicos. Existe un concepto interesante llamado fatiga olfativa el cual consiste en que luego de cierto tiempo en la presencia de un tipo de olor dejamos de percibirlo. Es de tomarse en cuenta para evitar accidentes especialmente con el gas que lleva mercaptanos para detectar su presencia. Al cabo de minutos nos acostumbramos a los olores aún cuando sean señal de toxicidad o peligro.
El sentido del olfato permite apreciar el olor de los cuerpos.
No todos los cuerpos poseen olor. Los que lo poseen se llaman odoríferos y los que no tienen olor, inodoros.
Para que un cuerpo posea olor es necesario que emita partículas pequeñísimas que se mezclen con el aire. Esas partículas impresionan las terminaciones del nervio olfatorio.
El olfato, como vimos, reside en las fosas nasales que son dos orificios localizados por detrás de la nariz y encima de la boca. Las fosas nasales están separadas por un tabique cartilaginoso: en su parte anterior y óseo en la, porción posterior. Se encuentran por debajo de la cavidad craneana y en su cara externa se advierten tres salientes llamados cornetes superior, medio, e inferior.
Cada fosa nasal se comunica por una abertura con el exterior.  A la entrada de ellas se encuentran pelos gruesos y cortos.  El interior está recubierto por una membrana llamada pituitaria.
Membrana Pituitaria
Presenta dos aspectos:
1. Pituitaria respiratoria, por ella pasa el aire que va a los pulmones y el que sale de los pulmones. Es de color rosado y recubre la porción inferior de las fosas nasales.
2. Pituitaria olfatoria, en ella se encuentran las células olfativas, que son impresionadas por las sustancias odoríferas. Es de color amarillento y se ubica- en el cornete superior, por donde -se distribuyen las ramas del nervio olfatorio.
Nervios olfatorios
Las fosas nasales reciben dos clases de nervios:
1. Nervios de la sensibilidad general, que proceden del trigémino y a través de los cuales se perciben las sensaciones del tacto.
2. Nervios sensoriales del olfato que son los nervios olfatorios. Dentro de la cavidad craneana,  cada nervio olfatorio se ensancha para formar el bulbo olfatorio, que descansa sobre la lámina cribosa del etmoides.
Del bulbo olfatorio parten numerosas ramas que atraviesan los agujeros de la lámina cribosa y se distribuyen por la porción superior de las fosas nasales.
Fragancias, aromas y olores
Para que un cuerpo tenga olor es necesario que sea volátil, es decir que emita pequeñas partículas y que se disuelva en el moco que recubre la mucosa olfatoria.
Esas partículas, llevadas por el aire que inspiramos impresionan las células olfativas que se encuentran en la porción superior de la pituitaria.
La intensidad de los olores de los cuerpos depende de la mayor o menor cantidad de partículas volátiles.
Si se deposita sobre la pituitaria amarilla un fragmento de un cuerpo oloroso, no determinará sensación olfativa. Es necesario que se encuentre dividido en pequeñísimas partículas mezcladas con el aire.
Cuando la pituitaria amarilla es impresionada largo tiempo por una misma sustancia, deja de percibir su olor.

Bibliografía:
http://www.wikipedia.com.mx
http://www.diagnostico.com/ENT/Nariz.stm
http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/olfato.htm
http://www.proyectosalonhogar.com/Ciencias/Olfato_gusto_tacto.htm
Olfato

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